
Por El Periódico. 16 de maig de 2021
Sonia Vivas entró como agente de la Policía Local de Palma de Mallorca como única mujer de su promoción. Descubrió irregularidades que condujeron a un grave caso de corrupción dentro del cuerpo. En el libro ‘Cuando vinieron a por mí’ (Editorial Península) relata el “acoso brutal” que sufrió por parte de sus compañeros durante 10 años, que se cebaron en su condición sexual, que incluso interpusieron una denuncia falsa contra ella y que hicieron que llegara a temer por su vida. En una entrevista para el Día contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, la autora afirma que los cuerpos policiales siguen siendo homófobos porque también lo es la sociedad española.
¿Por qué quería ser policía?
Era mi sueño desde pequeña. Quería ser una heroína de Marvel. Creía que la policía era eso.
¿Y no era eso?
En parte sí. Implica jugarte la vida por ayudar a los demás. Es la parte que adoro, y sigo amando, pero que opaca por la mala praxis de los que no debería estar ahí.
¿Quiénes son?
Los que corrompen la institución. De estos nunca se habla. No se quiere abordar la realidad, que dentro de nuestra policía late un corazón que aun sigue vivo y que es el de una policía no democrática. No se ha modernizado. No ha habido una transición para la policía, solo un cambio de uniforme. Se acostó homófoba y no pudo levantarse demócrata al día siguiente.
Han pasado cuarenta años…
Lo que viví en la policía local de Palma de Mallorca es extrapolable. El sistema policial vive de espaldas a la sociedad que debe proteger y obtiene de parte del poder político favores que no tienen otras instituciones.
“No se quiere abordar la realidad, que dentro de nuestra policía late un corazón que aun sigue vivo y que es el de una policía no democrática. No se ha modernizado”
¿Actualmente es imposible que un gay o una lesbiana se sienta bien dentro de la policía?
Hay una cosa que se llama homofobia interiorizada.
¿Cuánto va a costar eliminarla?
Hace falta que la policía acuda a sesiones de quimioterapia. Porque tiene un cáncer en estado de metástasis. Todo ese lado oscuro, que dormía el sueño de los justos, ahora tiene un vocero de la extrema derecha fuera que apela a ese cáncer terminal que acaba pudriendo todo lo bueno.
¿Vox?
Ponle las siglas que quieras. Ya estaba antes. Ahora Vox lleva en su discurso político todas las barbaridades que se decían en los cuarteles. Que la extrema derecha tenga un caladero de votos en la policía significa que hay infinidad de policías que piensan que las personas extranjeras vienen a robar, que las personas extranjeras violan, que las personas LGTBI no tenemos los mismos derechos y no podemos casarnos y que la violencia machista no existe. Eso es muy grave. Tienes policías que están lejos de los derechos humanos, dudo mucho que puedan ejercer su profesión olvidándose de su ideología y a los cuarteles van mujeres maltratadas o personas LGTBI apedreadas. Tenemos un problema enorme en la policía.
¿No es generalizar en exceso?
Los que no opinan así, cuando escuchan a un compañero decir barbaridades en el bar, rompen su discurso o se callan (…) Se callan. Tienen miedo. La policía es una institución homófoba. Porque la sociedad es homófoba. Vivimos en un país donde hemos avanzado pero no tanto. Y eso significa que una persona LGTBI si es atacada no confía en la policía para denunciarlo. Hay una oleada de extrema derecha en Europa. Se suceden los ataques a personas LGTBI. Yo me siento insegura cuando voy por la calle con mi pareja.
¿Por qué hay personas que abrazan esa ideología?
Creo que son personas con miedo a saber quiénes son en realidad. Cuando eres tan poco permeable a todo lo que te rodea es que no te quieres encontrar en el espejo con quien eres en realidad. Las personas LGTBI hemos existido desde siempre. Y vamos a seguir existiendo. Es lo que hay. Vamos a resistir todo lo que venga.
¿Le gustaría volver a ser policía?
Echo de menos patrullar. Sigo en contacto con muchas policías, formando en intervenciones de género.